Santalavilla

Un pueblo milenario que resurge del olvido

Santalavilla , situada en la comarca de Cabrera, destaca por ser uno de los pueblos más antiguos de la región y por su riqueza histórica, que abarca desde la época romana hasta la actualidad. Este pequeño y tranquilo pueblo, a 635 metros de altitud, está rodeado de montañas, atravesado por los arroyos de La Guiana y Ulver, y resguardado por el imponente Alcornocal de La Prana y La Corona, al oeste, en dirección a Pombriego. Esta ubicación, junto con su proximidad al pico de La Guiana, atrae a senderistas y amantes de la naturaleza por sus rutas paisajísticas y la calma que reina en la zona.

Durante la Edad Media, Santalavilla era conocida como Sanctum Alexandrum (San Alejandro), y las bodegas excavadas en la tierra rojiza que se ven hoy en día son vestigios de su pasado minero. Estas galerías no solo sirven como recordatorio de la explotación aurífera que realizaban los romanos, sino que también conectan con la historia del canal C-0, que transportaba agua a Las Médulas. Los restos de murias, depósitos de cantos rodados usados en la minería, son evidentes a lo largo del margen del río Cabrera y reflejan la magnitud de estas explotaciones.

Además, la historia monástica de Santalavilla es rica, habiendo sido hogar del Monasterio de San Pedro de Forcellas, en el valle del mismo nombre. Este monasterio, vinculado a los núcleos de explotación aurífera de la zona, fue un centro importante en la época visigoda y continuó activo hasta el siglo X, cuando los habitantes del monasterio se trasladaron a Santalavilla tras el abandono del valle de Forcellas.

En tiempos más recientes, el pueblo ha experimentado una especie de resurgimiento gracias al trabajo del Instituto de Estudios Cabreireses (IEC) y a la implicación de sus nuevos residentes, como Fede Bayo e Isabel Bailey. Tras recorrer el mundo, esta pareja decidió establecerse en Santalavilla y contribuir a su recuperación. Actualmente, iniciativas como la restauración de las bodegas y proyectos vinculados al turismo rural y la apicultura, impulsados por el IEC y la Asociación para el Desarrollo Rural Bierzo Cabrera, están revitalizando la zona.

A pesar de la despoblación que ha afectado a muchos pueblos de la región, Santalavilla está volviendo a florecer, no solo como un refugio para quienes buscan paz y contacto con la naturaleza, sino también como un lugar donde se preserva y celebra la historia. Las cuevas-bodegas, algunas de las cuales datan de la época romana, están siendo recuperadas con la ayuda de la junta vecinal y la Fundación Prada a Tope, destacando el trabajo comunitario en la conservación de este patrimonio único.

Hoy en día, Santalavilla se presenta como un ejemplo de recuperación rural, donde la historia y la naturaleza se entrelazan, invitando a descubrir un lugar que, aunque pequeño, tiene mucho que ofrecer.

Historia y Patrimonio

Santalavilla, un pequeño pueblo cabreirés perteneciente al municipio de Benuza, ha sido testigo de milenios de historia, desde sus orígenes romanos hasta su desarrollo medieval. Situado a 605 metros de altitud, Santalavilla se asienta entre dos arroyos, La Guiana y Ulver, en una ubicación estratégica para las explotaciones mineras romanas de la región.

El nombre original del pueblo, «Sanctum Alexandrum» (San Alejandro), hace referencia a su pasado religioso, enmarcado dentro de la Tebaida Berciana, una zona histórica rica en monasterios y ermitas. Entre los siglos VII y X, Santalavilla fue un importante enclave religioso, con monasterios como San Pedro de Forcellas y San Alejandro destacando en el panorama monástico medieval.

Uno de los vestigios más importantes de esta rica herencia es la mina de oro romana sobre la que el pueblo fue construido. Parte del sistema hidráulico que abastecía la gran mina de Las Médulas, uno de los mayores yacimientos de oro del Imperio Romano, pasa por la zona. Los restos de galerías y canales, visibles aún hoy, cuentan la historia de una intensa actividad minera que modeló la geografía y el futuro del lugar.

Las bodegas excavadas en la tierra, una seña de identidad de Santalavilla, son una continuación de esa tradición minera. Estas galerías rojizas, que en su día sirvieron para almacenar vino, se han convertido en un símbolo del pueblo, testigos silenciosos del paso del tiempo. Junto a estas bodegas, se encuentran restos de caminos empedrados que, en su día, fueron vías militares romanas, utilizadas para el comercio y la comunicación entre Cabrera y la vecina comarca Berciana.

Con el declive de la actividad minera y la disminución de la población, el pueblo entró en un período de olvido hasta el siglo XVI, cuando se constituyó como villa realenga, con su propio juzgado y cárcel. Sin embargo, a pesar del abandono institucional en tiempos recientes, Santalavilla ha renacido como un lugar atractivo para quienes buscan historia, naturaleza y tranquilidad, siendo un destino para los amantes del patrimonio.

Naturaleza y Paisajes

Santalavilla se encuentra en un entorno natural privilegiado, rodeado por la espectacular geografía de la comarca de Cabrera, que combina montañas, ríos y bosques que invitan a la contemplación y el senderismo. El pueblo está resguardado entre las faldas de montañas, con vistas al río Cabrera y flanqueado por los arroyos de La Guiana y Ulver, que nutren de vida y frescura al paisaje.

Uno de los elementos más destacables es el Alcornocal de La Prana, una formación vegetal única que se extiende hacia el oeste, hacia Pombriego. Este alcornocal, junto con el de La Corona, es de los más septentrionales de la provincia de León, un paraje singular que ofrece un refugio para diversas especies de fauna y flora autóctona.

El monte que rodea a Santalavilla está salpicado de encinas, castaños y robles, árboles que no solo embellecen el paisaje, sino que también brindan cobijo a una rica biodiversidad. Durante los meses de otoño, la gama de colores del bosque hace que los paseos por los alrededores del pueblo sean una experiencia inolvidable. Además, en la parte baja del pueblo, el margen del río Cabrera alberga depósitos de murias (cantos rodados), una curiosidad geológica resultante de las antiguas labores mineras, hoy recubiertos de musgos y líquenes.

Para los senderistas, los caminos empedrados que rodean el pueblo, como la antigua vía romana hacia el pico La Guiana, ofrecen rutas fascinantes para explorar. Desde la cima de La Guiana, a más de 1.800 metros de altura, se obtienen vistas panorámicas de todo el valle, con la posibilidad de avistar aves rapaces que sobrevuelan la zona.

El entorno natural de Santalavilla también cuenta con aguas cristalinas y frescas gracias a los arroyos cercanos, lo que convierte al lugar en un refugio perfecto para los amantes de la naturaleza. El silencio y la tranquilidad del lugar, interrumpidos solo por el sonido del viento y del agua, hacen de Santalavilla un paraíso natural aún por descubrir

Costumbres y Tradiciones

Santalavilla, a pesar de ser un pequeño pueblo, ha mantenido vivas sus tradiciones a lo largo de los siglos. La festividad más importante es la celebración de San Pelayo, patrón del pueblo, el 27 de junio. Durante esta fecha, los habitantes y visitantes se reúnen para rendir homenaje a su santo con una serie de actividades que combinan la religiosidad con la convivencia social. Las procesiones, la misa y los banquetes son una parte esencial de esta festividad, donde se vive el sentido comunitario del pueblo.

Otra de las tradiciones más arraigadas en Santalavilla es la «facendera«, una práctica antigua en la que los vecinos se unen para realizar trabajos comunitarios como la limpieza de caminos, la recuperación de bodegas o la mejora de infraestructuras locales. Esta costumbre ha resurgido en los últimos años, especialmente con proyectos de recuperación patrimonial apoyados por la junta vecinal y fundaciones como Prada a Tope.

El cultivo y la cosecha de la castaña, que crece en los bosques cercanos, sigue siendo una actividad importante en Santalavilla. Aunque ha disminuido con el tiempo, se está promoviendo su revitalización como un producto tradicional que puede ser clave para el desarrollo rural de la región. La castaña, junto con otros productos locales, se celebra en las ferias y mercados de la comarca, donde los vecinos de Santalavilla participan activamente.

Los bailes y las danzas tradicionales también tienen su lugar en la cultura de Santalavilla. Durante las fiestas locales, es común que los más mayores enseñen a los más jóvenes las danzas que se han transmitido de generación en generación, un testimonio vivo de la rica herencia cultural del pueblo.

Turismo y Actividades

Santalavilla es un destino emergente para los amantes del turismo rural, ofreciendo una combinación única de historia, naturaleza y actividades al aire libre. A medida que más personas buscan escapar de las grandes ciudades y encontrar tranquilidad en entornos naturales, este pequeño pueblo cabreirés se presenta como una opción perfecta para quienes desean conectar con la naturaleza y el pasado.

Uno de los mayores atractivos turísticos de Santalavilla es su entorno natural. Los senderos que parten desde el pueblo hacia montañas cercanas, como el pico La Guiana, son ideales para el senderismo. Estas rutas no solo ofrecen paisajes espectaculares, sino que también permiten a los excursionistas descubrir restos históricos como las vías romanas, antiguas minas y bodegas excavadas en las montañas.

Los amantes del turismo cultural encontrarán en Santalavilla un destino fascinante. Los restos de la mina de oro romana y las bodegas que han sido restauradas recientemente son un testimonio vivo de la rica historia minera de la región. Además, el pueblo forma parte del entorno de la Tebaida Berciana, una zona histórica que albergó numerosos monasterios y ermitas en la Edad Media.

El pueblo también ofrece oportunidades para el turismo astronómico. Gracias a la baja contaminación lumínica de la zona, Santalavilla es un lugar ideal para la observación de estrellas. Se está desarrollando un proyecto de puntos de observación astronómica que permitirá a los visitantes disfrutar del cielo nocturno en todo su esplendor.

Además, en los últimos años, Santalavilla ha acogido proyectos de turismo sostenible y rural, impulsados por el Instituto de Estudios Cabreireses y la Asociación para el Desarrollo Rural Bierzo Cabrera. Estas iniciativas buscan potenciar el turismo de naturaleza, la apicultura y la castañicultura, ofreciendo a los visitantes la posibilidad de participar en actividades relacionadas con el entorno rural.

Para quienes buscan experiencias más relajadas, el río Cabrera ofrece zonas de baño natural perfectas para disfrutar en los meses de verano. Las aguas limpias y frescas del río invitan a sumergirse en plena naturaleza, mientras que los alrededores ofrecen la tranquilidad que tantos viajeros buscan.

Santalavilla es un destino turístico que promete una experiencia auténtica, donde la historia, la naturaleza y la cultura se combinan para ofrecer una escapada inolvidable.

Cómo Llegar

de Ponferrada a Santalavilla hay una distancias de 58,5 Km y dura 1 hora y 3 minutos.
Puedes ver las indicaciones aquí.

605 m

Altitud

xx

Gentilicio

16

Habitantes

24388

Cod. Postal

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